¿La verdad?
La verdad es que me tenso
y me encojo
sobre las íes
de la palabra soledad.
Que me pienso ajena,
que me ignoro mía,
que me olvido
y me encuentro revolcada en el verde
de las sombras
y que me miento,
es la verdad.
Miento sobre la mentira,
y tergiverso el ensueño de la siesta
que no tomo
y que no tomaré nunca más.
La verdad
es que soy mía
como de mí, forastera
que soy pueblo fantasma
sin ecos ni libertad.
soy viento y podredumbre
soy aroma y silencio
soy grito de “basta ya”.
Me hastío,
es cierto.
Me deshonro a mi misma en
rectitud del agua
que gime peces grises
y bondad.
Pero ¡Quiero ser ola rompiente!
Sinfonía desbocada sobre la quietud del mar.
Abrir el silencio
desgarrar las vocales
y sobre la palabra, callar.
Crepúsculo
La mujer se muere
suspendida tras los átomos
de un universo radical.
Fulminada como sal
en su boca de luna distendida.
¡Ya no clama!
Salta del negro al gris
sin mutar existencia
unificando las partículas
de su masa fantasmal.
Es o no es
la preñez de un recuerdo absurdo.
Tiempo y espacio
en la invalidez de un momento más.
Se pierde en la insignificancia
de la estrella que se fuga
para luego detonar,
y sus restos son rocío de fuego
dilatados en la faz.
La mujer se muere
tras la ordinaria espera,
en el bólido de viento
que amenaza
y contrapesa libertad.
Esparcida entre los restos de un olvido
y las voces aspirantes a clemencia.
La mujer se muere en lo sombrío
de la involución
en el inocuo masculino de una mueca banal.
Con la risa enarbolada en su palabra
y en su rostro un llanto acre
que ondea sigiloso
en los cordeles de la faz.
Aún así su pellejo parturiente
resiste otro Big Bang,
aunque la fosa clame a gritos el verbo
de su nombre sin parar:
-¡Mujer que emanas angustia!
He aquí el descanso final...-
La mujer,
a las puertas del sueño eterno,
se niega a despertar.
Amanecer de un olvido
No soy yo,
ni soy tú.
Sólo un redoble
de campanas que replican
en la noche,
quedando relegadas
en el pasado gris.
No soy nosotros,
ni soy yo mismo,
el matizado fervor de un mañana
sin olvidos.
No soy.
No somos.
No existimos.
Revelamos nuestro “estar”
en la magnitud del instinto,
en la sapiencia del ser,
en el intrínseco egoísmo.
¿Somos?
No es cierto.
Nos vamos quedando inmóviles
en la calma de los días muertos,
exentos de ruidos,
extintos,
difuntos,
desiertos.
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* Jael Uribe es una escritora de nacionalidad dominicana. Ha colaborado con varias revistas tanto impresas como digitales, eventos culturales y programas de radio y televisión en diferentes países Latinoamericanos. Ha formado parte y colaborado con diversos movimientos y grupos, siendo de mayor relevancia su labor como líder del Movimiento Mujeres Poetas Internacional (MPI) el cual fundó en el año 2009 con la misión de promover la labor de la mujer contemporánea en la poesía y la creación del Festival Internacional de Poesía “Grito de mujer” realizado en diferentes países en homenaje a la mujer y en contra de la violencia de ésta.
Jael, es egresada en Artes Publicitarias, posee un diplomado en Relaciones Públicas y Comunicación Corporativa, entre otros estudios referentes a la literatura, el arte y la tecnología, además de ser Traductora, Artista Plástico, Diseñadora Gráfico y de Interiores por vocación. Ha ganado concursos y menciones en distintos países. Poemas y escritos suyos forman parte de varias antologías a nivel nacional e internacional.
Puede conocer más de Jael Uribe en su blog: http://jaeluribe.blogspot.com y colaborar con su proyecto de Mujeres Poetas Internacional en http://mujerespoetasinternacional.blogspot.com.
**Mención de Honor del Concurso Internacional de Poesía "Rumbo a Grito de Mujer" Organizado por Diablos Azules y MPI. Merecido triunfo.
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